martes, 1 de diciembre de 2015

Detrás de cada hecho hay una historia

Detrás de todo hay una historia. No juzgues si no la conoces. Esta afirmación debería ser un precepto imperativo en la sociedad contemporánea de la que formamos parte. No hace falta decir que, lamentablemente, no lo es. Juzgamos en exceso. Por la ropa, el físico, la voz, la expresividad, los conocimientos, la listeza e incluso el modo de andar. Vivimos en un mundo en que cualquiera puede cualificar a alguien con el adjetivo que se le antoje, sin necesidad de haber establecido un contacto previo. ¡Ni siquiera conocerlo! Ahora es tan fácil como acceder a las redes sociales y disfrutar del morboso juego de la crítica.


Detrás de todo hay una historia. No juzgues si no la conoces
¿En esto nos estamos convirtiendo? ¿En una sociedad donde juzgamos sin saber? O, lo que es peor, ¿donde juzgamos por las apariencias? Tristemente, sí. Bien es cierto que con el golpe de la madurez muchos son los sujetos que han aprendido a valorar desde la objetividad que confiere el conocimiento (por muy paradójico que pueda parecer meter la subjetividad del término valorar y la objetividad en un mismo saco). Pero más ingente es el número de personas que no han aprendido nada. Individuos que al juzgar a alguien no se paran a pensar. Puede que ese hombre tan rudo y antisocial haya visto la muerte de sus hijos con sus propios ojos. Puede que ese vagabundo al que llamasteis vago haya experimentado un sufrimiento que ni llegaríais a imaginar. Puede que el chaval que entre risas imitabais por su modo de caminar se desplazase así como resultado de un accidente en el que vio cómo se derrumbaba su vida. Puede..

Cada persona tiene una historia. Su propia historia. Sus propios pasado y presente. Es difícil, muy difícil, llegar a conocer todos y cada uno de los hechos que han llegado a formar al sujeto al que estás criticando. En consecuencia, aún más enrevesado debería ser juzgarlo. ¡Pues si no conocemos, no podemos decir nada al respecto!

Primero conoce, luego juzga. No al revés.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho esta frase que, por cierto es bíblica, "por sus hechos los conoceréis". Y me gusta porque hace referecia a una cuestión que es objetiva. Tú eres lo que eres no necesariamente por la atribución de otros. De manera sencilla, hace referencia a observar lo que alguien hace, cómo actúa, para poder analizar las consecuencias de sus actos o sus motivaciones. Las obras de toda una vida, etapa a etapa, son el pilar de la personalidad y de la historia intrínseca e intransferible de cada uno. Esta última frase es una conclusion particular a la que he llegado tras sopesar diversas variables con respecto a cómo tiene que ser el juicio a hacia personas, cosas, incluso hacia mí misma.
    Te agradezco el sentido común que se desprende de tus apreciaciones. El punto de vista de la lógica tampoco las desmerece. Primero conocer y luego juzgar entraña, además, toda una posición de principios. Excelente planteamiento, precisa exposición.
    Un abrazo y con tu permiso, me quedo por aquí para conocer mejor el blog.

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    1. Con "Tú eres lo que eres no necesariamente por la atribución de otros" has resumido lo que pretendía transmitir con esta entrada. Me ha interesado la frase bíblica que has mencionado, no la conocía. Relativo a la conclusión particular que has compartido, no se me ocurriría modo alguno de contradecirla. Muchas gracias por tu aportación, y evidentemente me alegra que vayas conociendo el blog. ¡Un abrazo!

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